La incidencia y mortalidad por cáncer gástrico continúa en aumento a nivel global. Según un informe de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que para el año 2040 habrá cerca de 1,8 millones de nuevos casos y aproximadamente 1,3 millones de muertes anuales por esta enfermedad. Esto representa un incremento de más del 60 % respecto a las cifras del año 2020. Además, la incidencia es el doble en varones que en mujeres.

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Frente a este escenario preocupante, expertos de Mayo Clinic advierten que el cáncer gástrico suele diagnosticarse en etapas avanzadas, lo que dificulta el tratamiento y empeora el pronóstico. También destacan que una alimentación adecuada y el seguimiento riguroso de los síntomas pueden marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad y en la calidad de vida de los pacientes.
¿Cuáles son los síntomas y factores de riesgo del cáncer gástrico?

Expertos de Mayo Clinic advierten que el cáncer gástrico suele diagnosticarse en etapas avanzadas.
El cáncer gástrico se produce por el crecimiento anormal de células en el estómago, un órgano clave en la digestión. Esta enfermedad puede desarrollarse en cualquier parte del estómago, aunque es más común en el cuerpo gástrico. Uno de los grandes desafíos es que, al no existir pruebas de detección estándar, el diagnóstico suele llegar cuando el cáncer ya está en fase avanzada o metastásica. Por eso, es fundamental reconocer los síntomas del cáncer gástrico, como dolor abdominal persistente, pérdida de apetito, náuseas, fatiga, sensación de plenitud tras comer poco, pérdida de peso involuntaria o sangrado digestivo.
Entre los principales factores de riesgo del cáncer gástrico se encuentran la infección por Helicobacter pylori, antecedentes familiares, tabaquismo, consumo excesivo de sal y carnes procesadas, así como una dieta pobre en frutas y verduras. Los expertos recomiendan prestar atención a estas señales y adoptar medidas preventivas, especialmente en poblaciones de riesgo.
La alimentación como herramienta para prevenir y tratar el cáncer gástrico

Una alimentación para prevenir el cáncer gástrico debe priorizar alimentos frescos, ricos en fibra, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios.
Una alimentación para prevenir el cáncer gástrico debe priorizar alimentos frescos, ricos en fibra, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios. Frutas, verduras, legumbres, pescados y cereales integrales son aliados clave. Según Mayo Clinic, una dieta saludable puede no solo reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, sino también mejorar la respuesta al tratamiento en pacientes diagnosticados. Se aconseja evitar los alimentos procesados, con alto contenido de sal, azúcar o grasas saturadas.

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Durante el tratamiento, la nutrición oncológica cobra un papel fundamental. El cuerpo necesita más energía y nutrientes para hacer frente a la enfermedad y soportar los efectos de la quimioterapia o radioterapia. Por ello, los expertos recomiendan fraccionar la alimentación en seis comidas pequeñas al día, evitar ayunos prolongados y optar por alimentos densos en calorías y proteínas, como batidos nutricionales, purés enriquecidos o sopas calóricas. También es esencial contar con el acompañamiento de un nutricionista especializado para diseñar un plan individualizado.