Las personas felices no siempre tienen más dinero, ni más tiempo libre, pero sí suelen tener un hábito en común: el orden. Según el estudio Hogares con Psicología, elaborado por el Consejo General de la Psicología, la Psicofundación e IKEA, mantener la casa en orden se asocia con una mejora directa en el bienestar emocional.
El desorden no solo molesta: agota
Un entorno desorganizado no solo causa molestias visuales, también puede afectar la salud mental. De acuerdo con la psicóloga Patricia Maguet, el 21% de las personas sienten frustración por no tener un lugar específico para sus objetos. Este tipo de desorganización puede generar sensación de agobio y elevar los niveles de estrés diario.

Un entorno desordenado puede afectar la salud mental,
¿Por qué ser ordenado mejora tu estado de ánimo?
La doctora Danielle Roeske lo explica claramente: cuando el entorno externo está en orden, nuestra mente también lo agradece. El orden ayuda a contener emociones, facilita el enfoque y reduce la ansiedad. Incluso tareas simples como tender la cama, recoger la cocina o acomodar objetos personales pueden actuar como reguladores del estado emocional.
¿Tiene impacto en el trabajo?
Un hogar ordenado puede potenciar la productividad laboral. Al reducir el estrés y aumentar el bienestar emocional, las personas se sienten más capaces, con mayor energía para enfrentar el día. Como señala Catherine Roster, un espacio limpio eleva la autoestima y crea un ambiente propicio para tomar decisiones con claridad.
Vivir en medio del desorden puede tener efectos físicos. Estudios han encontrado una relación entre el caos ambiental y el aumento de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Por el contrario, un ambiente limpio y estructurado ofrece calma y mayor sensación de control.
El informe de IKEA señala que basta con realizar tareas pequeñas y constantes: recoger, clasificar, asignar lugares a los objetos. Con eso es suficiente para notar un cambio en la percepción de bienestar.