La desaparición de un adolescente de 14 años en el distrito limeño de Surco ha encendido las alarmas entre padres, autoridades y expertos en salud mental. Según las primeras investigaciones, el menor habría estado involucrado en plataformas de apuestas deportivas, una práctica que, aunque prohibida para menores de edad, es cada vez más accesible desde celulares y redes sociales. El caso no solo preocupa por el riesgo físico, sino también por el daño emocional que este tipo de actividades puede generar.

PUEDES VER: Una buena rutina de skincare solo debe tener tres pasos, según Leire Barrutia, dermatóloga
Esta situación pone en evidencia un fenómeno creciente: la exposición de los adolescentes a entornos digitales peligrosos como las apuestas online y los préstamos exprés. Estas plataformas, muchas veces disfrazadas de entretenimiento o soluciones fáciles, pueden llevar a jóvenes sin madurez emocional ni herramientas financieras a un espiral de ansiedad, deudas y aislamiento. ¿Estamos preparados como sociedad para enfrentar esta nueva forma de vulnerabilidad adolescente?
El impacto de las puestas online en la salud mental de los adolescentes
El acceso a las apuestas online entre los adolescentes ha crecido de forma alarmante en los últimos años, impulsado por la pandemia, la publicidad en redes sociales y la influencia de figuras del deporte. La médica pediatra, Silvana Pedrouzo, especialista en el uso de tecnologías en jóvenes y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, advierte que el cerebro adolescente es especialmente vulnerable a los estímulos inmediatos, lo que incrementa el riesgo de desarrollar adicciones como la ludopatía, la cual puede provocar ansiedad, depresión y pérdida de autoestima, efectos comparables al abuso de sustancias.

El uso de plataformas de apuestas online entre adolescentes va en aumento, muchas veces sin control parental ni regulaciones claras.
Estudios como el informe "Apostar no es un juego" revelan que muchos adolescentes dedican varias horas al día a estas plataformas sin medir las consecuencias. El psiquiatra Enrique De Rosa Alabaster explica que el alto nivel de dopamina en esta etapa de la vida los hace más propensos a buscar gratificación rápida, mientras Walter Martello, del Observatorio de Adicciones bonaerense, señala que el perfil del apostador ha cambiado: ahora son jóvenes entre 15 y 35 años. La falta de regulación, el fácil acceso a las plataformas y la ausencia de control parental agravan un problema que ya afecta el bienestar emocional y académico de miles de adolescentes.
Préstamos digitales y extorsión: un peligro para los más vulnerables
El auge de aplicaciones que ofrecen préstamos rápidos se ha convertido en una amenaza silenciosa, especialmente entre personas jóvenes y en situación económica precaria. Muchas de estas apps, que se instalan incluso sin consentimiento claro, terminan convirtiéndose en herramientas de extorsión: cobran intereses impagables, acceden a los datos personales de los usuarios y los amenazan con difundir información privada. El psiquiatra Carlos Bromely advierte que estas estafas se aprovechan de nuestra fragilidad emocional y racional en momentos de desesperación económica, lo que puede llevar a cuadros de ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas.

Apps de préstamos rápidos pueden convertirse en herramientas de extorsión y generar graves consecuencias emocionales en jóvenes y adultos.
El experto señala que este tipo de prácticas afecta gravemente la estabilidad emocional de las víctimas, quienes entran en un estado de "deudores externos" acosados por delincuentes sin escrúpulos. La presión psicológica y el miedo constante se convierten en una "tortura existencial", y en muchos casos, impiden que la persona funcione con normalidad en su entorno familiar, social y laboral, como es el caso de Jhon Mikhael, el adolescente de 14 años que desapareció en Surco y quien, según investigaciones de las autoridades, habría estado vinculado con apuestas y préstamos en línea.

PUEDES VER: ¿Es saludable mantener contacto con tu ex? Lo que nos muestra el caso de Mario Irrivaren y Onelia Molina
Frente a este panorama, expertos coinciden en que es urgente fortalecer la educación digital, supervisar el uso de la tecnología en adolescentes y promover un diálogo abierto en casa. Solo así se podrá prevenir que más jóvenes caigan en estas trampas que, bajo la promesa de dinero rápido o entretenimiento fácil, terminan comprometiendo su bienestar emocional y su seguridad.