La razón por la que las personas mienten, según la ciencia.
La razón por la que las personas mienten, según la ciencia. Composición LR

¿Por qué las personas mienten? La razón detrás de este comportamiento, según una neuropsicóloga

|08 julio 2025

La mentira forma parte de las interacciones sociales cotidianas más de lo que pensamos. Lucía Crivelli, jefa de Neuropsicología en Adultos en Fleni y especialista en Neurociencia Cognitiva Aplicada, explica que mentir es un comportamiento habitual que facilita la convivencia. Según la experta, es común que durante una conversación con un desconocido se diga una media de tres mentiras en los primeros diez minutos, un dato que refleja lo extendido de esta práctica en la vida diaria.

En una entrevista, Crivelli profundizó en los aspectos psicológicos y neurológicos que intervienen cuando mentimos. Además, resaltó la influencia de los factores culturales y sociales en cómo entendemos y aceptamos la mentira, que va desde las llamadas “mentiras piadosas” hasta engaños más elaborados. Para ella, mentir implica no solo una cuestión moral, sino también una compleja función cognitiva que involucra múltiples procesos cerebrales.

La complejidad cognitiva y social detrás de la mentira

Mentir implica la creación de una realidad alternativa y la inhibición de la verdad, lo que activa diferentes áreas del cerebro.

Mentir implica la creación de una realidad alternativa y la inhibición de la verdad, lo que activa diferentes áreas del cerebro.

Para entender por qué las personas mienten, es fundamental reconocer que la mentira es un acto que requiere habilidades cognitivas avanzadas. Crivelli señala que mentir implica la creación de una realidad alternativa y la inhibición de la verdad, lo que activa diferentes áreas del cerebro. Además, se deben controlar las propias emociones y anticipar la reacción del interlocutor, utilizando la empatía para manejar la interacción social de manera efectiva.

Este proceso es especialmente interesante desde la neuropsicología de la mentira, que distingue entre falsedades inocentes y maliciosas. Mientras que las primeras suelen usarse para evitar conflictos o proteger a otros, las segundas tienen intenciones más dañinas. La especialista también destaca cómo el entorno cultural y social modifica la percepción sobre qué mentiras son aceptables y cuáles no, lo que influye en la frecuencia y tipo de engaños que ocurren en la vida diaria.

Cómo el cerebro procesa la mentira y sus efectos emocionales

Cuando alguien miente por primera vez, se activa la amígdala cerebral, la zona vinculada con el juicio moral y la sensación de culpa.

Cuando alguien miente por primera vez, se activa la amígdala cerebral, la zona vinculada con el juicio moral y la sensación de culpa.

Los estudios neurocientíficos revelan que, cuando alguien miente por primera vez, se activa la amígdala cerebral, la zona vinculada con el juicio moral y la sensación de culpa. Sin embargo, conforme la persona repite esta conducta, la respuesta emocional disminuye, facilitando que la mentira se vuelva un hábito. Esto explica por qué algunas personas mienten con mayor frecuencia y sin remordimientos, un fenómeno conocido en la neurociencia del comportamiento humano.

Por otra parte, la mentira funciona como parte de un contrato social implícito, donde quien miente y quien elige creer participan en un acuerdo para mantener la convivencia. Crivelli explica que existe un “sesgo de la verdad” que nos lleva a aceptar las afirmaciones de los demás para vivir en un mundo previsible, lo que convierte a la mentira en un mecanismo socialmente complejo, más allá del simple engaño.