Luego de disfrutar una mandarina, lo más habitual es desechar su cáscara sin imaginar la cantidad de beneficios que encierra. Estas pieles, al secarse con el calor del sol o cerca de una fuente térmica, liberan su característico aroma y concentran propiedades que las convierten en un recurso útil tanto para el hogar como para el bienestar personal.

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Durante el proceso de secado, las cáscaras de mandarina intensifican su perfume natural y concentran antioxidantes y vitamina C, que pueden aprovecharse fácilmente en infusiones caseras. Además, su fragancia se transforma en un excelente desodorante ambiental sin químicos y un aliado para repeler insectos de manera natural.
Propiedades de las cáscaras de mandarina
Aunque solemos asociar los cítricos con su contenido en vitamina C, en realidad, gran parte de sus propiedades más potentes se concentran en la piel, no en la pulpa. Entre estos beneficios destacan sus capacidades antioxidantes y su alto contenido de compuestos fenólicos, fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo y útiles en la prevención de ciertas enfermedades. Por eso, en lugar de desecharla tras consumir la fruta, también es posible incorporarla a la alimentación de forma natural y saludable.

Durante el proceso de secado, las cáscaras de mandarina intensifican su perfume natural y concentran antioxidantes y vitamina C.
Según estudios publicados en el Journal of the Saudi Society of Agricultural Sciences, la cáscara de mandarina es rica en fitoquímicos con acción antioxidante, capaces de neutralizar radicales libres. También tiene propiedades antiinflamatorias, motivo por el cual se ha utilizado tradicionalmente en la medicina china para tratar dolencias como el asma o la dispepsia. Además, es una fuente de fibra dietética, especialmente pectina, que contribuye a reducir el riesgo de enfermedades crónicas. No obstante, su consumo debe ir acompañado de hábitos saludables y controles médicos regulares para mantener un buen estado general de salud.
Usos caseros de las cáscaras de mandarina para el hogar
Además de sus propiedades nutricionales, las cáscaras de mandarina para el hogar ofrecen soluciones simples y ecológicas para mantener los espacios frescos, aromatizados y libres de químicos. A continuación, algunas formas prácticas de reutilizarlas:
- Aromatizante natural: Coloca las cáscaras sobre una estufa, cerca de una ventana o junto a una fuente de calor suave. Su fragancia cítrica se liberará en el ambiente, actuando como desodorante natural sin químicos.
- Repelente de insectos: Gracias a su aroma intenso, también ayudan a ahuyentar mosquitos y otros insectos sin necesidad de aerosoles ni productos agresivos.
- Perfumador de espacios cerrados: Déjalas secar completamente y guárdalas en bolsitas de tela para colocar en cajones, closets o el interior del auto. Es una opción ecológica y efectiva para mantener aromas agradables sin productos artificiales.
Té de cáscara de mandarina

Preparar un té de cáscara de mandarina es otra forma sencilla y natural de aprovechar sus beneficios.
Preparar un té de cáscara de mandarina es otra forma sencilla y natural de aprovechar sus beneficios. Solo necesitas seguir estos pasos básicos para obtener una infusión deliciosa y llena de propiedades saludables:
- Lava bien la piel de la fruta.
- Sécala al sol o en horno bajo durante 2 a 3 horas.
- Hierve las cáscaras secas en agua durante 5 minutos.
- Apaga el fuego, deja reposar y cuela.
- Endulza a gusto.