Cada día, millones de personas en el mundo pelan las frutas y verduras antes de consumirlas. Este gesto automático, heredado de costumbres familiares o avalado por la idea de que así se come “más limpio”, podría estar haciéndonos perder nutrientes esenciales. La piel de muchas frutas y verduras contiene una concentración significativa de fibra, vitaminas y antioxidantes que benefician nuestra salud.
Sin embargo, hay un dilema: la cáscara también puede albergar residuos de pesticidas. Aunque los métodos tradicionales de lavado pueden eliminar algunos de estos residuos, no son completamente efectivos. Por lo tanto, la decisión de pelar o no la fruta debe basarse en un equilibrio entre los beneficios nutricionales y la seguridad alimentaria.
Beneficios de consumir frutas con cáscara

La cáscara de las frutas es una fuente rica en nutrientes esenciales.
La cáscara de las frutas es una fuente rica en nutrientes esenciales. Por ejemplo, la piel de la manzana contiene aproximadamente el doble de fibra que la pulpa y una alta concentración de compuestos fenólicos, que actúan como antioxidantes naturales.
Estos antioxidantes ayudan a mantener el equilibrio celular y a prevenir o retrasar el daño celular que provocan los radicales libres y la exposición a la contaminación, el humo del tabaco o la radiación UV. Además, se han identificado propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas en frutas como las peras, uvas y frutas cítricas, cuyas cáscaras son una fuente valiosa de vitamina C, flavonoides y aceites esenciales.
Otras verduras también ofrecen importantes fuentes de fibra, potasio y antioxidantes como los polifenoles en sus pieles. Es el caso de las pieles de las patatas, las zanahorias y los pepinos. Otro ejemplo poco conocido es el de la piel de la berenjena, rica en nasunina, un potente antioxidante que protege las membranas celulares del daño oxidativo.
Riesgos asociados a los pesticidas en la cáscara

Pelar la fruta puede eliminar casi todos los residuos de pesticidas, lo que plantea un dilema entre los beneficios nutricionales y los riesgos de exposición a químicos.
A pesar de los beneficios nutricionales, la cáscara de las frutas y verduras también puede contener restos de pesticidas. Aunque los niveles están regulados por organismos como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), algunos estudios han encontrado restos de estas sustancias incluso tras el lavado.
Un estudio publicado en la revista Nano Letters de la American Chemical Society revela que lavar frutas antes de consumirlas no elimina los residuos de pesticidas, ya que muchos de estos penetran en la pulpa de la fruta. La investigación sugiere que pelar la fruta puede eliminar casi todos los residuos de pesticidas, lo que plantea un dilema entre los beneficios nutricionales y los riesgos de exposición a químicos.

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Para reducir la carga de pesticidas sin tener que prescindir de la piel, se recomienda lavar las frutas y verduras con agua corriente, frotarlas con un cepillo específico para alimentos o sumergirlas brevemente en una mezcla de agua con bicarbonato o vinagre. Estas prácticas pueden eliminar hasta el 80-90% de los residuos. Además, consumir productos ecológicos o de producción local, donde el uso de pesticidas es menor o nulo, es una alternativa ideal.