La Inteligencia Artificial (IA) está transformando todos los aspectos de nuestra vida, y la infancia no es la excepción. Herramientas basadas en IA ya están cambiando la forma en que los niños aprenden, juegan e interactúan con el mundo que los rodea.
Según la American Academy of Pediatrics (AAP), es fundamental que los padres comprendan el impacto de estas tecnologías para aprovechar sus beneficios y minimizar los riesgos.
La IA como aliada en la educación personalizada
Uno de los aportes más prometedores de la IA es la capacidad de personalizar el aprendizaje. Según la profesora Rose Luckin, experta en tecnología educativa de University College London, “la IA permite crear rutas de aprendizaje adaptadas a las necesidades y ritmos de cada estudiante, algo impensable en la educación tradicional”.
Aplicaciones como Khan Academy’s Khanmigo y plataformas de tutoría inteligente ofrecen contenidos ajustados a las fortalezas y debilidades de cada niño, lo que puede mejorar la motivación y el rendimiento académico.

Descubre aplicaciones con IA sobre educación. Foto: difusión
Riesgos invisibles que padres y educadores deben conocer
A pesar de sus ventajas, la American Academy of Pediatrics advierte que un uso excesivo o no supervisado de la IA puede afectar el desarrollo emocional y social de los niños. “Es clave promover un equilibrio saludable entre el tiempo de pantalla y las interacciones humanas”, subraya el Dr. Yolanda Wimberly, pediatra miembro de la AAP.
Además, existe preocupación sobre la privacidad de los datos. “Los sistemas de IA recopilan grandes cantidades de información personal, por lo que es esencial que las familias elijan aplicaciones con altos estándares de protección de datos”, señala la organización.

Especialistas recomiendan usar con cuidado la información de la IA. Foto: difusión
Cómo preparar a los hijos para convivir con la IA
La mejor estrategia, según los expertos, es educar tanto a padres como a niños sobre el uso responsable de la Inteligencia Artificial. Fomentar el pensamiento crítico, supervisar las herramientas digitales utilizadas y promover actividades fuera de línea sigue siendo clave para una infancia equilibrada y saludable.