La enfermedad de Parkinson, tradicionalmente conocida por sus síntomas motores como los temblores o la rigidez muscular, también conlleva una carga menos visible pero igual de significativa: los cambios en la conducta emocional.
Uno de los síntomas menos conocidos pero cada vez más estudiados es el desarrollo de celos extremos o infundados, que pueden deteriorar gravemente la vida en pareja y el entorno emocional del paciente.

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Celos patológicos: un signo de alerta
Según un artículo publicado por In-pacient.es, algunos pacientes con Parkinson pueden experimentar episodios de celos desproporcionados, incluso sin justificación aparente, lo que genera desconfianza e inestabilidad en la relación de pareja.
Esta conducta ha sido asociada con alteraciones en áreas cerebrales relacionadas con el juicio y la percepción de la realidad, exacerbadas por ciertos tratamientos dopaminérgicos.

Los síntomas del Parkinson podrían confundirse con los de algunos síndromes. Foto: composición GLR/difusión
Estudios cualitativos realizados en Alemania revelan que estos síntomas, aunque menos discutidos, son frecuentes y tienen un alto impacto psicológico y social en los cuidadores y seres queridos.
La ciencia detrás del comportamiento
Una investigación publicada en Parkinson’s Disease refuerza esta perspectiva, señalando que los trastornos del comportamiento, incluidos los celos patológicos, están ligados a cambios neuroquímicos en el cerebro, particularmente en los sistemas dopaminérgicos y serotonérgicos. Este tipo de celos puede incluso relacionarse con el síndrome de Otelo, una forma extrema de delirio celotípico.

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Atención integral y empatía: claves del tratamiento
Especialistas en salud mental recomiendan que, ante la aparición de estos síntomas, las parejas busquen atención psicológica y médica especializada. El abordaje no solo debe centrarse en la medicación, sino también en estrategias terapéuticas para promover el bienestar emocional y la comunicación en la relación.