¿Hacia un futuro donde la IA tendrá sentimientos?
¿Hacia un futuro donde la IA tendrá sentimientos? Foto: composición GLR/difusión

¿Puede una IA ayudarte a sentirte mejor? ChatGPT y el futuro de la salud emocional

|19 abril 2025

La inteligencia artificial (IA) ha comenzado a desempeñar un papel en el ámbito de la salud emocional. ChatGPT, desarrollado por OpenAI, se ha convertido en una herramienta que algunos usuarios utilizan para expresar sus sentimientos y buscar consuelo.

Un estudio conjunto de OpenAI y el MIT Media Lab analizó millones de interacciones, descubriendo que, aunque la mayoría de los usuarios emplean ChatGPT para tareas informativas, un subconjunto significativo lo utiliza para conversaciones emocionales, lo que influye en su bienestar.​

Conversaciones digitales que reconfortan. Foto: composición GLR/difusión

Conversaciones digitales que reconfortan. Foto: composición GLR/difusión

Beneficios y riesgos del apoyo emocional automatizado

La IA ofrece ventajas en la detección temprana de problemas de salud mental y en la personalización de tratamientos. Algoritmos avanzados pueden analizar patrones de comportamiento y lenguaje para identificar señales de alerta, facilitando intervenciones oportunas.

Sin embargo, el uso prolongado de ChatGPT para apoyo emocional puede llevar a una dependencia emocional, especialmente en personas que se sienten solas, según advierte un estudio del MIT Media Lab y OpenAI.​

La necesidad de un enfoque equilibrado

Expertos en ética tecnológica, como Juli Ponce Solé, señalan que las IA carecen de empatía y emociones, lo que las convierte en entidades incapaces de tomar decisiones justas que afecten a humanos . Por ello, es crucial establecer límites en su uso, especialmente en contextos sensibles como la salud mental. La IA debe ser vista como una herramienta complementaria, no como un sustituto de la interacción humana.

Hacia un futuro con IA consciente

El avance de la IA en el campo de la salud emocional es innegable. Su capacidad para ofrecer apoyo inmediato y personalizado la convierte en una herramienta valiosa.

No obstante, es fundamental utilizarla con precaución, asegurando que su implementación esté guiada por principios éticos y supervisada por profesionales de la salud mental. Solo así se podrá aprovechar su potencial sin comprometer el bienestar emocional de los usuarios.