La osteopenia se refiere a una pérdida moderada de densidad mineral en los huesos. Según la Clínica Cleveland, no alcanza los niveles críticos de la osteoporosis, pero representa una señal de alerta. Esta condición debilita los huesos silenciosamente y, si no se trata, puede derivar en fracturas inesperadas incluso con caídas leves.

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Aunque cualquiera puede desarrollarla, las mujeres posmenopáusicas y los adultos mayores de 50 años tienen mayor riesgo, explica el portal de salud de Cleveland Clinic. Factores como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol o la deficiencia de vitamina D también influyen en su aparición. Además, algunas enfermedades; como diabetes, hipertiroidismo o artritis reumatoide agravan el deterioro óseo.
La principal amenaza de esta condición es su evolución hacia la osteoporosis. Esta última provoca que los huesos se vuelvan tan frágiles que una mínima lesión puede generar una fractura. Actuar a tiempo permite fortalecer el tejido óseo y reducir drásticamente ese riesgo, incluso en personas que ya han perdido masa ósea, según detalla MedlinePlus, el portal médico de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.
Osteopenia: ¿cómo se detecta y qué controles debes hacer?
Dado que la osteopenia no presenta síntomas visibles, muchos especialistas la califican como una "enfermedad silenciosa". Por ello, es fundamental realizar pruebas de densidad ósea a partir de los 50 años o tras la menopausia. El médico indicará la frecuencia de estos estudios según antecedentes y factores de riesgo.

Osteopenia es considerada como una enfermedad silenciosa.
¿Cuáles son las causas más comunes de osteopenia?
Además de la edad, existen causas menos evidentes: desde desequilibrios hormonales como el síndrome de Cushing, hasta el uso prolongado de ciertos medicamentos (como corticosteroides, diuréticos o anticonvulsivos). Incluso tratamientos contra el cáncer, como la terapia hormonal, pueden afectar la calidad del tejido óseo, advierte Cleveland Clinic.

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¿Se puede revertir o frenar su avance?
Un estilo de vida saludable, junto con suplementos o medicamentos indicados por un profesional, ayuda a mantener la densidad ósea. Incluir alimentos ricos en calcio y vitamina D, realizar actividad física con carga y evitar sustancias como el alcohol o tabaco son medidas clave para conservar la salud ósea y prevenir futuras complicaciones.
El mayor peligro de la osteopenia es su transformación en osteoporosis, que debilita los huesos de forma progresiva. Cuando eso ocurre, cualquier movimiento brusco o accidente leve podría terminar en una fractura. Detectar esta condición a tiempo y seguir un tratamiento adecuado marca una gran diferencia en la calidad de vida a largo plazo.