El cáncer de hígado es una de las enfermedades hepáticas más graves y menos visibilizadas, a pesar de su alta incidencia a nivel mundial. Este tipo de cáncer se caracteriza por el crecimiento descontrolado de células en el hígado, lo que puede generar tumores como el carcinoma hepatocelular, el más común en personas con enfermedades hepáticas crónicas.

PUEDES VER: Este es el test que puede detectar el cáncer de hígado antes de que avance, según expertos
El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar el pronóstico de los pacientes, pero también es clave adoptar hábitos saludables que puedan prevenir el desarrollo de la enfermedad. Mantener una dieta balanceada, evitar el consumo excesivo de alcohol y controlar el peso son prácticas esenciales en la prevención del cáncer de hígado.
Opciones de Tratamiento para el Cáncer de Hígado

El tratamiento del cáncer de hígado depende del estadio del tumor.
El tratamiento del cáncer de hígado depende del estadio del tumor, las enfermedades asociadas y las características específicas de cada opción terapéutica. Una vez realizado el diagnóstico, un comité multidisciplinar evalúa cada caso para determinar la mejor estrategia. Según el doctor Josep Fuster, cirujano del Hospital Clínic Barcelona, el tratamiento quirúrgico es el más efectivo, ya que tiene una finalidad curativa.
Entre las intervenciones más comunes se encuentra la resección quirúrgica, indicada en pacientes con un solo tumor. Cuando no se puede realizar una resección segura, el trasplante hepático se considera una opción viable, especialmente para pacientes con carcinoma hepatocelular. Sin embargo, en el caso de colangiocarcinoma, el trasplante no se recomienda debido al alto riesgo de recurrencia posttrasplante.

Se resalta la importancia de la prevención del cáncer de hígado a través de hábitos saludables.
Además, existen otros enfoques terapéuticos como la ablación percutánea, indicada para pacientes en fase inicial, donde se destruye el tumor utilizando agujas y energía. También se emplea la quimioembolización, un tratamiento que consiste en la administración de agentes quimioterápicos directamente a través de la arteria hepática que nutre el tumor. Aunque esta técnica no ha demostrado eficacia en el tratamiento del colangiocarcinoma, ha mostrado resultados en el carcinoma hepatocelular.
En fases avanzadas, el tratamiento sistémico, que busca frenar la progresión de la enfermedad, se convierte en la opción clave. Fármacos como el sorafenib han demostrado ser útiles para ralentizar la proliferación celular en pacientes con cáncer hepático avanzado.
El estadio tumoral y el pronóstico

El pronóstico del cáncer de hígado está estrechamente relacionado con el estadio tumoral en el momento del diagnóstico.
El pronóstico del cáncer de hígado está estrechamente relacionado con el estadio tumoral en el momento del diagnóstico. En las fases tempranas, cuando el tumor es pequeño y se puede extirpar mediante cirugía, las tasas de supervivencia a cinco años superan el 70%. Sin embargo, en pacientes en fases intermedias, el tratamiento con quimioembolización puede ofrecer una supervivencia media de entre dos años y medio y tres.
Por otro lado, en fases avanzadas, donde las opciones terapéuticas son limitadas, la supervivencia mediana suele ser de solo un año o un poco más. Esto resalta la importancia de la prevención del cáncer de hígado a través de hábitos saludables como evitar la obesidad, reducir el consumo de alcohol y prevenir el contagio de Hepatitis B y C. Estas recomendaciones son cruciales no solo para prevenir la aparición del cáncer hepático, sino también para mejorar el pronóstico en personas que ya padecen enfermedades hepáticas crónicas.