Los divertículos en el colon son una condición frecuente que afecta especialmente a la población occidental. Aunque generalmente no se asocian con problemas graves como el cáncer, sí pueden generar complicaciones que afectan la calidad de vida.
Se trata de pequeñas bolsas que se forman en el colon debido a un aumento de la presión en su interior, lo que provoca que la pared del intestino se debilite y forme estas protuberancias. En la mayoría de los casos, la enfermedad diverticular no causa síntomas, pero cuando lo hace, puede ser incómoda y dolorosa.
¿Qué son los divertículos y por qué se forman?

Los divertículos en el colon son una condición frecuente que afecta especialmente a la población occidental.
Los divertículos son pequeñas bolsas que se forman en el colon debido a un aumento de presión en su interior. Esta condición es más común en personas con una dieta baja en fibra, rica en carbohidratos refinados, y en aquellas con obesidad o un estilo de vida sedentario. Aunque pueden aparecer a cualquier edad, su prevalencia aumenta con el tiempo, afectando hasta el 40% de los mayores de 50 años y hasta el 70% en mayores de 80 años.
A pesar de que la presencia de divertículos no siempre implica síntomas, aquellos que sufren esta afección pueden enfrentar molestias digestivas. Los factores que favorecen su aparición incluyen una dieta desequilibrada y hábitos poco saludables. Sin embargo, la condición puede gestionarse con ciertos cuidados y prevención.
Síntomas de la diverticulosis

El diagnóstico de la diverticulosis suele ser accidental, ya que la mayoría de las personas afectadas no presentan síntomas evidentes.
El diagnóstico de la diverticulosis suele ser accidental, ya que la mayoría de las personas afectadas no presentan síntomas evidentes. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), alrededor del 70-80% de los pacientes con divertículos no tienen molestias. Sin embargo, un porcentaje significativo puede experimentar dolor abdominal, principalmente en el lado izquierdo, distensión abdominal, exceso de gases y cambios en el ritmo intestinal. Estos síntomas, aunque no suelen ser graves, pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes los padecen.
En casos más complicados, los divertículos pueden infectarse, lo que da lugar a diverticulitis. La diverticulitis puede ser simple, con infecciones leves, o complicada, lo que involucra abscesos, fístulas, y en raros casos, complicaciones más graves como perforaciones o sangrados. Por ello, es fundamental conocer los síntomas y buscar atención médica si los malestares persisten.
Tratamiento y prevención de la diverticulosis

La diverticulosis generalmente no requiere tratamiento si no presenta síntomas.
La diverticulosis generalmente no requiere tratamiento si no presenta síntomas. Sin embargo, para prevenir complicaciones, es crucial seguir una dieta rica en fibra (30-35 g diarios), preferiblemente proveniente de frutas y verduras, y mantener una adecuada ingesta de agua. Además, se recomienda evitar las bebidas gaseosas y promover un estilo de vida activo. Estas medidas ayudan a reducir la presión en el colon y, por ende, previenen la formación de más divertículos.
En caso de que se desarrollen síntomas, el tratamiento se enfoca principalmente en la dieta y el control del dolor. Los analgésicos y espasmolíticos pueden ser útiles para aliviar las molestias abdominales. En algunos casos, el uso de rifaximina ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de los síntomas. Para las personas con enfermedad diverticular complicada, que representa el 25% de los casos, se requiere un tratamiento más agresivo, que incluye antibióticos, dieta y, en algunos casos, intervención quirúrgica si hay complicaciones graves como abscesos o obstrucciones.