Mantener la memoria intacta no requiere fórmulas mágicas, sino hábitos diarios que estimulen el cerebro. Actividades como leer, resolver crucigramas, aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical pueden fortalecer las conexiones neuronales y mejorar la agilidad mental. Según NeuronUP, estos ejercicios de estimulación cognitiva son fundamentales para retrasar el deterioro asociado al Alzheimer.

Llevar una vida saludable evitará que tengas problemas de salud a corta edad. Foto: composición GLR/difusión
Caminar: el mejor aliado del cerebro
El ejercicio físico, especialmente caminar al aire libre, tiene un impacto positivo en la salud mental. Caminar a paso moderado mejora la circulación de oxígeno al cerebro, reduce el estrés y fortalece las conexiones neuronales. Expertos recomiendan fijarse un objetivo de 150 minutos semanales de caminata para obtener beneficios cognitivos significativos.
Los juegos de mesa, sudokus y rompecabezas no solo entretienen, sino que también ejercitan la mente. Estas actividades ayudan a mantener la atención, mejorar la memoria y fomentar la resolución de problemas. Alzheimer Universal destaca que mantener la mente activa con estos juegos puede retrasar la aparición de síntomas de demencia.
Alimentación y descanso: pilares del bienestar
Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y ácidos grasos omega-3, es esencial para la salud cerebral. Además, dormir adecuadamente permite al cerebro consolidar recuerdos y procesar información.

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¿A qué edad se deben comenzar las actividades para proteger la memoria?
Las actividades para proteger la memoria deben comenzar idealmente en la adultez temprana o mediana edad, alrededor de los 30 a 40 años. Según el National Institute on Aging (NIA), los cambios cerebrales vinculados con el Alzheimer pueden empezar décadas antes de que aparezcan los síntomas.
Por eso, adoptar hábitos saludables desde temprano —como ejercicio regular, alimentación equilibrada y estimulación cognitiva— puede tener un efecto protector a largo plazo.
Asimismo, la Alzheimer’s Association enfatiza que la prevención no comienza a los primeros signos de pérdida de memoria, sino mucho antes. Las investigaciones muestran que mantener una vida activa mental y socialmente puede ayudar a construir una “reserva cognitiva” que retrase los efectos del deterioro cerebral.