El dolor en la región lumbar es una queja frecuente entre la población. Sin embargo, es esencial distinguir si este malestar proviene de una simple molestia muscular o si es una señal de alerta de problemas renales. Identificar correctamente el origen del dolor es crucial para buscar el tratamiento adecuado.
Diferencias clave entre el dolor de espalda y el dolor renal
- Ubicación del dolor: el dolor de espalda suele localizarse en la parte baja de la espalda y puede irradiar hacia las piernas. En contraste, el dolor renal se siente en los costados, justo debajo de las costillas, y generalmente afecta solo a uno de los lados del cuerpo
- Naturaleza del dolor: las molestias musculares en la espalda suelen empeorar con el movimiento y mejorar con el reposo. Por otro lado, el dolor renal tiende a ser constante y no se alivia con cambios de posición
- Síntomas acompañantes: los problemas renales pueden ir acompañados de síntomas como fiebre, náuseas, vómitos, necesidad frecuente de orinar o presencia de sangre en la orina. Estos signos no suelen presentarse en dolores de espalda de origen muscular.

Detectar una enfermedad a tiempo es crucial para evitar consecuencias mortales. Foto: composición GLR/difusión

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Señales de alerta de posibles problemas renales
- Cambios en la orina: alteraciones en la frecuencia, color o presencia de espuma en la orina pueden indicar disfunción renal
- Hinchazón en extremidades: la retención de líquidos, manifestada en hinchazón de piernas, tobillos o alrededor de los ojos, es un signo común de problemas renales
- Fatiga constante: la disminución en la función renal puede provocar acumulación de toxinas en el cuerpo, resultando en cansancio extremo
- Presión arterial elevada: los riñones desempeñan un papel crucial en la regulación de la presión arterial; su mal funcionamiento puede conducir a hipertensión.