Las cerezas, además de ser una fruta altamente apreciada por su sabor y versatilidad, son reconocidas por sus propiedades antiinflamatorias. Su riqueza en antioxidantes, especialmente antocianinas, les otorga la capacidad de combatir los radicales libres y reducir marcadores inflamatorios en el organismo.
Estudios de la Oregon Health & Science University han demostrado que el consumo regular de cerezas puede ayudar a disminuir dolores musculares y articulares, siendo especialmente útil en personas con artritis o atletas.
Ciencia y nutrición respaldan su poder
Según la American Journal of Clinical Nutrition, las cerezas ayudan a reducir los niveles de proteína C reactiva (PCR), un marcador clave de inflamación en el cuerpo. Nutricionistas como la Dra. Marta León señalan que incluir cerezas en la dieta “puede tener efectos similares a algunos antiinflamatorios naturales, sin efectos secundarios”.
Además, el artículo de Good Fruit Grower destaca la innovación agrícola que ha permitido cultivar cerezas sin necesidad de frío, lo que prolonga su disponibilidad en el mercado. Esto significa que sus beneficios pueden estar al alcance durante más meses del año, ampliando las posibilidades de mantener una dieta antiinflamatoria constante.

Conoce por qué deberías incluir a las cerezas en tus dietas diarias. Foto: composición GLR/difusión

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¿Pueden las cerezas ayudar con enfermedades inflamatorias como la artritis?
Las cerezas pueden ser beneficiosas para personas que padecen enfermedades inflamatorias como la artritis. Estudios realizados por la Arthritis Foundation y publicados en revistas científicas como el Journal of Nutrition indican que el consumo regular de cerezas, especialmente las ácidas como la variedad Montmorency, puede reducir significativamente los marcadores de inflamación, como la proteína C reactiva (PCR).
Esto se debe a su alto contenido de antocianinas, compuestos con efectos antioxidantes y antiinflamatorios naturales.
Además, una investigación de la Oregon Health & Science University encontró que los pacientes con osteoartritis que consumieron jugo de cereza ácida dos veces al día durante tres semanas experimentaron una disminución en los niveles de dolor.
Las cerezas no sustituyen tratamientos médicos, pero pueden complementar eficazmente una dieta antiinflamatoria. Se recomienda integrarlas en la alimentación habitual como parte de un enfoque integral para el manejo de la artritis y otras enfermedades crónicas inflamatorias.