En los últimos años, los casos de cáncer colorrectal en personas jóvenes han aumentado de forma preocupante, incluso en pacientes menores de 50 años. Esta tendencia ha encendido las alarmas en la comunidad médica internacional, incluida la Facultad de Medicina de Harvard, donde especialistas como la doctora Trisha Pasricha atienden con frecuencia este tipo de diagnósticos.

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Si bien aún no se conocen con certeza las causas exactas de este aumento, muchos expertos coinciden en que la alimentación moderna está jugando un papel clave. El consumo frecuente de alimentos ultraprocesados y carnes mal preparadas estaría afectando la salud digestiva de millones, no solo en Estados Unidos, sino también en países como el Perú, donde el acceso a carnes rojas y procesadas se ha vuelto cada vez más común.
La carne roja y su relación con el cáncer

Reducir el consumo de carne roja podría disminuir el riesgo de cáncer colorrectal, según estudios científicos recientes.
Según la doctora Pasricha, gastroenteróloga de Harvard y colaboradora del Washington Post, uno de los alimentos más perjudiciales en términos oncológicos sería la carne roja. “La carne roja probablemente causa cáncer”, advirtió con claridad. Esta afirmación no es nueva: hace una década, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó este tipo de carne como un carcinógeno del grupo 2A, es decir, “probablemente cancerígeno para los humanos”.
El riesgo no se limita al cáncer colorrectal. Estudios más recientes han vinculado el consumo habitual de carne de res, cerdo, cordero, venado y cabra con otros tipos de cáncer, como el de mama y pulmón. “No estoy hablando de embutidos o carnes procesadas, que ya sabemos que son dañinas. Me refiero a la carne roja en general”, enfatizó la experta.
Alternativas saludables para una dieta sin carne roja

Las proteínas vegetales como las legumbres o el tofu son opciones saludables para reemplazar la carne roja en la dieta.
Frente a esta realidad, la doctora Pasricha recomienda hacer cambios sostenibles en la dieta diaria. “Limitar el consumo de carne roja y enfocarse en proteínas vegetales como el tofu, las lentejas o los garbanzos puede marcar la diferencia”, explicó. Además, sugiere que si se opta por seguir comiendo carne, es preferible elegir cortes magros o provenientes de animales alimentados con pasto, aunque aclara que no existen evidencias concluyentes de que eso reduzca el riesgo de cáncer.
Para quienes no quieren renunciar por completo al sabor de una parrilla, hay opciones más seguras: evitar ahumar la carne, no exponerla a temperaturas superiores a los 200 °C y marinarla con anticipación. “Cocinar a fuego lento y marinar durante al menos una hora puede reducir los agentes cancerígenos hasta en un 50 %”, precisó la médica.