El VIH y el ejercicio: una unión que va en aumento.
El VIH y el ejercicio: una unión que va en aumento.

El ejercicio transforma la vida de la personas con VIH, según la ciencia

|05 mayo 2025

En los últimos años, múltiples estudios han confirmado que el ejercicio regular tiene beneficios clave para las personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Desde mejoras en la masa muscular hasta una mejor regulación del sistema inmunológico, los efectos son tan potentes como accesibles.

El Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH) destaca que la actividad física puede reducir la inflamación crónica y mejorar la calidad de vida global.

“Una rutina de entrenamiento adecuada ayuda a contrarrestar algunos efectos secundarios del tratamiento antirretroviral, como la lipodistrofia o la fatiga”, indica un vocero de gTt-VIH en su portal oficial.

El gimnasio no es obligatorio: muévete a tu manera

No se trata solo de levantar pesas o correr maratones. Caminar, practicar yoga, nadar o incluso bailar pueden ser opciones eficaces y sostenibles. El punto clave, como subrayan entrenadores personales especializados en salud crónica, es mantener una regularidad y adaptar la rutina al estado físico y emocional de cada persona.

“El ejercicio debe ajustarse al nivel de energía y posibles efectos secundarios del tratamiento antirretroviral. Escuchar el cuerpo es fundamental”, explica David Rosado, entrenador con experiencia en colectivos con patologías crónicas.

Salud mental: otro músculo que se fortalece

La actividad física también tiene efectos demostrados sobre la salud mental, un aspecto muchas veces invisibilizado en las personas que viven con VIH. El ejercicio puede reducir síntomas de ansiedad y depresión, además de mejorar la autoestima. Esto es esencial para combatir el estigma y recuperar el control sobre el cuerpo y la vida cotidiana.

El autocuidado es importante para reforzar la salud mental de las personas con VIH. Foto: composición GLR/difusión

El autocuidado es importante para reforzar la salud mental de las personas con VIH. Foto: composición GLR/difusión

Ejercicio con propósito: un hábito que empodera

En definitiva, el ejercicio no es solo una herramienta para mejorar la condición física. Es un acto de autocuidado, de afirmación personal y de empoderamiento. Con la guía adecuada, cada paso, repetición o estiramiento puede ser una forma de vivir con el VIH de manera más saludable, activa y digna.