El cáncer de mama no solo deja huellas físicas y emocionales en quienes lo enfrentan, también plantea nuevos desafíos cuando llega la maternidad. Así lo evidenció la actriz peruana Anahí de Cárdenas, quien compartió públicamente que no puede amamantar a su hijo recién nacido debido a que, años atrás, fue diagnosticada con esta enfermedad y debió someterse a una mastectomía. Tras revelar que alimenta a su bebé con fórmula, Anahí recibió una gran cantidad de críticas en redes sociales por parte de distintos usuarios, sin considerar las implicancias médicas detrás de su experiencia.

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Su caso abrió un debate necesario: ¿es posible amamantar después de una mastectomía? Aunque la lactancia suele presentarse como una obligación social o símbolo de maternidad plena, la realidad para muchas mujeres que han superado un cáncer es muy distinta. En esta nota exploramos qué dicen los especialistas, qué alternativas existen y por qué el testimonio de figuras como la Anahí ayuda a romper estigmas del cuerpo, la salud y la maternidad después del cáncer.
¿Se puede amamantar después de una mastectomía?

Tras una mastectomía, muchas madres enfrentan desafíos físicos y emocionales al momento de decidir cómo alimentar a sus bebés.
Aunque la lactancia materna tiene efectos protectores comprobados tanto para el bebé como para la madre, incluyendo la reducción del riesgo de cáncer de mama, ovario y otros tipos de cáncer, no siempre es posible llevarla a cabo tras haber enfrentado esta enfermedad. Durante el tratamiento oncológico (como la quimioterapia o radioterapia), la lactancia suele estar contraindicada debido a los efectos adversos que los fármacos pueden tener sobre el lactante. Sin embargo, una vez finalizado el tratamiento y si no existe tumor residual, algunas mujeres pueden amamantar, ya sea con el pecho sano o incluso con el que fue tratado, dependiendo de la cirugía realizada.
Según el portal especializado en maternidad y lactancia, e-lactancia, el cual está conformado por expertos de la Asociación para la Promoción e Investigación científica y cultural de la Lactancia Materna (APILAM), en los casos de mastectomía total o radical, el procedimiento implica la extirpación completa del tejido mamario, incluyendo el pezón y los conductos que producen y transportan la leche. Por lo tanto, si ambas mamas han sido sometidas a este tipo de cirugía, como en el caso de la actriz, la lactancia materna no es posible, ya que no queda tejido funcional capaz de producir leche.
Apoyo médico, emocional y sin culpas

No todas las mujeres pueden amamantar, y eso no las hace menos madres.
El éxito de la lactancia tras un cáncer de mama depende de múltiples factores y, en la mayoría de los casos, requiere un acompañamiento médico cercano. La producción de leche puede verse reducida, sobre todo si la madre recibió radioterapia, y es común que se necesite apoyo adicional como la extracción manual o el uso de fórmulas para complementar la alimentación del bebé. Sin embargo, los especialistas coinciden en que, cuando las condiciones médicas lo permiten, amamantar no representa un riesgo ni para la madre ni para el recién nacido. Por el contrario, muchas sociedades médicas internacionales alientan a apoyar a las mujeres que desean intentarlo, brindándoles información y seguimiento adecuados.
Más allá de los aspectos físicos, este proceso implica una importante carga emocional. Para muchas madres, las expectativas sociales, los mandatos sobre la lactancia exclusiva y el miedo a “no hacer lo suficiente” pueden generar frustración, angustia o culpa. En estos casos, el acompañamiento psicológico, el apoyo familiar y el asesoramiento de profesionales de la salud son fundamentales para que cada mujer pueda tomar decisiones libres, seguras e informadas, sin presiones externas y priorizando su bienestar y el de su bebé.