Las palabras importan. En el contexto oncológico, pueden ser un puente de empatía o un muro de incomprensión. Según el Centro di Terapia Strategica (Italia), la manera en que se comunica un diagnóstico de cáncer influye profundamente en la percepción del paciente sobre su enfermedad.
No es lo mismo decir "enfermedad terminal" que hablar de "tratamiento paliativo"; la carga emocional cambia, y también la esperanza.
El uso indiscriminado de términos técnicos, por parte del personal sanitario o incluso de los medios, puede provocar miedo innecesario o confusión. Hablar de forma clara, humana y sin eufemismos ayuda al paciente a afrontar mejor el proceso.
Claves emocionales para una comunicación consciente
Desde la perspectiva de la psicología estratégica, no solo importa qué se dice, sino cómo se dice. La elección de palabras debe adaptarse al momento emocional del paciente y de su familia. Una comunicación eficaz, respetuosa y sin juicios facilita la aceptación del diagnóstico y favorece la adherencia al tratamiento.
Además, la validación emocional —reconocer sin minimizar el miedo o la incertidumbre del paciente— se convierte en una herramienta terapéutica en sí misma.
Glosario sin estigmas: ¿cómo redefinir los términos?
La Universidad de Des Moines (DMU) destaca la necesidad de revisar y humanizar el glosario oncológico. Términos como “invasivo”, “agresivo” o “falló el tratamiento” pueden generar culpa, como si el paciente no hubiese “luchado lo suficiente”. Por eso, se promueve el uso de expresiones más neutrales y científicamente precisas, como “la enfermedad progresó” o “no hubo respuesta al tratamiento”.

Recuerda ser cauteloso cuando hablas con personas que luchan a diario contra una enfermedad. Foto: composición GLR/difusión
El objetivo no es maquillar la realidad, sino evitar el daño emocional innecesario que provocan ciertas expresiones.
Una nueva narrativa para pacientes y profesionales
Transformar el lenguaje en oncología no solo mejora la relación médico-paciente, también combate el estigma. Las palabras bien utilizadas pueden ser medicina emocional. Requieren entrenamiento, consciencia y sensibilidad.