Una nueva investigación de la Universidad del Sur de California (USC) ha encendido las alarmas: el exceso de azúcar en la niñez no solo afecta a corto plazo.
Según el estudio, publicado en mayo de 2025, una dieta rica en azúcares añadidos durante las primeras etapas de la vida altera el metabolismo, afecta la microbiota intestinal y eleva el riesgo de padecer diabetes, presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares en la adultez.
Cambios invisibles, consecuencias duraderas
Los investigadores alimentaron a ratones jóvenes con una dieta alta en azúcar y observaron consecuencias en su salud incluso después de regresar a una dieta equilibrada.
Este modelo experimental sugiere que los daños podrían ser irreversibles, afectando funciones clave como la regulación de la glucosa, la inflamación crónica y la capacidad del cuerpo para procesar grasas. El intestino, que alberga miles de millones de bacterias esenciales, se desequilibra, lo que impacta negativamente en el bienestar general.

Niños hoy, adultos con riesgo mañana. Foto: composición GLR/difusión
Según la nutricionista española Marta Castillo, “la alimentación en la infancia es un factor determinante para prevenir enfermedades crónicas en la adultez”. La exposición temprana al azúcar también puede influir en la preferencia por alimentos ultraprocesados, generando hábitos difíciles de romper y que favorecen la obesidad infantil, que ya alcanza cifras alarmantes a nivel global.

PUEDES VER: La poderosa planta medicinal que combate el Alzheimer: fortalece la memoria y protege las neuronas
Camino hacia una vida saludable
Limitar el azúcar desde la niñez no es solo una medida estética o de control de peso: es una estrategia de salud pública. Fomentar una alimentación consciente, rica en frutas, verduras y productos naturales, es vital para garantizar un futuro con menos enfermedades.
Como recomienda la Organización Mundial de la Salud, el consumo de azúcares añadidos debe ser inferior al 10% del total calórico diario, y cuanto menos, mejor.