Una alimentación adecuada en la niñez y juventud no solo previene enfermedades, sino que construye las bases de una vida saludable. Según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) y su programa Qali Warma, una dieta saludable debe ser variada, incluir alimentos naturales y estar libre de productos ultraprocesados.
Este enfoque ha sido aplicado en sus menús escolares, que integran proteínas, carbohidratos complejos, frutas, verduras y grasas saludables.
Claves nutricionales para niños y adolescentes
Expertos de la Fundación Niños de los Andes indican que los requerimientos nutricionales varían según la edad, pero algunos principios son universales: evitar el exceso de azúcares añadidos, fomentar el consumo de agua y garantizar fuentes de hierro, calcio y fibra.
Además, recomiendan la inclusión de preparaciones atractivas y accesibles. Platos como la tortilla de quinua, la crema de verduras o el arroz chaufa con vegetales son ejemplos destacados del recetario saludable de Qali Warma.

Más allá del plato: educación y hábitos alimenticios. Foto: composición GLR/difusión
La alimentación saludable no es solo una cuestión de ingredientes, sino también de hábitos. Involucrar a los niños en la cocina, enseñarles a leer etiquetas y fomentar horarios de comida regulares son prácticas que fortalecen la relación positiva con los alimentos. Según Ninandes estos hábitos favorecen el rendimiento escolar, el estado emocional y el desarrollo cognitivo.

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¿Cuáles son los nutrientes esenciales para el desarrollo juvenil?
Durante la adolescencia, el cuerpo experimenta un rápido crecimiento y desarrollo, lo que incrementa las necesidades nutricionales. Es esencial una dieta equilibrada que incluya proteínas magras, carbohidratos complejos, grasas saludables, fibra y micronutrientes clave. Las proteínas son fundamentales para la construcción de tejidos y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Los carbohidratos complejos proporcionan energía sostenida, mientras que las grasas saludables contribuyen al desarrollo cerebral y hormonal. La fibra es importante para una digestión saludable y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además, se debe limitar el consumo de grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio.
Entre los micronutrientes esenciales se destacan el calcio, la vitamina D, el hierro, el zinc, el ácido fólico y las vitaminas A, B6, B2 y D. Estos nutrientes son cruciales para la salud ósea, la función cognitiva y el desarrollo celular. Las deficiencias en estos micronutrientes son comunes en adolescentes y pueden afectar negativamente su crecimiento y desarrollo.
Por ejemplo, el calcio y la vitamina D son esenciales para la formación de huesos fuertes, mientras que el hierro es necesario para el transporte de oxígeno en la sangre.